martes, 15 de julio de 2008

Un ensayo

Es lo he que he visto y sigo viendo, un deportista entrena, se prepara, vamos, ensaya para una prueba, también es lo que creo, que un artista practica, hecha a perder papel, lienzo, otra vez, ensaya para realizar una obra de arte; y ejemplos hay miles, profesión tras profesión, humanos tras humano, va ensayando para lograr al final, un objetivo con mejores resultados.

Yo veo a los niños ir a la escuela, estudian para un examen, ensayan, juegan futbol en el recreo, se preparan para el torneo, ensayan, y también ensayan para una obra de teatro. Desde el principio de nuestra vida, ensayamos, nos acostumbran al ensayo y en eso creemos y así lo practicamos.

¿Será que todos nuestros actos, nuestros hechos, los errores y los aciertos, las experiencias en general vividas, son ensayos? ¿Son ensayos que nos están preparando para aquella gran prueba o nuestra meta final, para nuestra obra de arte? Aquella que supone marcará nuestro destino y logrará que dejemos huella en el mundo.

Si los ensayos de los niños, de los deportistas y los artistas, son escenificaciones en pequeña escala del la competencia final. ¿Será que todo hacia donde vamos, hacia donde caminamos, nos espera magnificado? ¿Nos está preparando la vida? ¿Será que estamos ensayando?

La vida nos va dando experiencia, eso es lo que dicen los padres, recibimos constantemente portazos, tropezones, negativas y ahí seguimos luchando, caminando, corriendo y a veces gateando para lograr la meta, para llegar a nuestro objetivo, materializar nuestros sueños, porque, seamos realistas, no somos de aquellos beneficiados, privilegiados digamos, que se les abren las puertas con solo pedirlo, que la lámpara de Aladino los espera en la cuna y no los abandona aún en la tumba, otorgándoles mucho más que tres deseos, no somos gente de revista, a veces parece, que ni siquiera somos gente.

Entonces ahora me pregunto ¿Será que el final del ensayo, es la prueba final? ¿Es ya no practicar en el trampolín de tres metros sino aventarnos del de diez? ¿Será que el lienzo se convertirá en pared? ¿Será que el partido del patio trasero se transformará en cancha? ¿Será que estoy destinado a estar detrás de este escritorio esperando que engrandezca? ¿Qué sienta que el fracaso aumenta? ¿Será que las lágrimas que he derramado, serán un rio salado? ¿Qué el dolor crecerá? ¿Qué nunca conoceré la felicidad? ¿Será que somos desafortunados y ensayamos para ser desdichados e infelices por el resto de nuestras vidas? ¿Qué debemos de conformarnos con trabajos mediocres, jefes ignorantes y compañeros conformistas? Ensayamos para que nuestra desdicha crezca y en la competencia final comprobemos que somos tan desdichados como jamás nadie lo había sido, ensayamos para la copa, para la medalla de oro, para el primer lugar.

Tonto de mi, ciego, porque ya no veo que sigo soñando, ensayando las cosas que me gusta hacer, con lo que podré ser feliz. ¿O será en verdad que nos tropezamos, nos caemos y tenemos que levantarnos para lograrlo?

1 comentario:

CiNemaHolic dijo...

Hermano, te felicito por una pluma más madura, y claramente tu siempre constante y exponencial creatividad y muy peculiar óptica del mundo.

Es un orgullo estar en tu vida.